Esta joya de hotel en la costa oeste de Ibiza es el lugar perfecto para alejarse de todo. A solo 30 minutos en coche del ajetreo y el bullicio de la ciudad de Ibiza, pero lo suficientemente cerca de San Antonio para mayor comodidad. Los taxis son el único medio de transporte aquí, ya que las rutas de autobús son lentas y poco frecuentes.
El hotel de tres estrellas es sorprendentemente encantador, y el personal de recepción es más que servicial y dispuesto a cambiar de habitación bajo petición. La piscina es ideal tanto para niños como para adultos. Desafortunadamente, no hay playa en el lugar, pero por una pequeña tarifa de 20 euros por persona, puede acceder a la playa local privada, con un depósito de 10 euros por una toalla. En general, ¡una gran experiencia!