Llegar a esta playa es una traicionera caminata, escondida como un paraíso prohibido. Sus únicas opciones son recorrer el empinado y claustrofóbico sendero desde Pântano do Sul, donde resoplará y resoplará durante 35 minutos seguidos, o realizar la caminata más larga, aunque agotadora, de 2,5 horas desde Praia da Armação. Puede que esta última opción ofrezca bonitas vistas, pero no olvide llevar suficiente agua y crema solar para sobrevivir al viaje.
Pero seamos realistas, la única razón por la que alguien intentaría este arduo viaje es para presumir de haber llegado a la playa. Y claro, el paisaje puede ser bonito, pero ¿merece la pena el sudor y las lágrimas? Cuando por fin llegue, se encontrará con una playa como cualquier otra. Lo único que la diferencia es la satisfacción de saber que has llegado hasta allí.