El agua puede ser cristalina y el paisaje puede ser impresionante, pero no te dejes engañar por la fachada de esta playa. A pesar de su aparente belleza, la realidad es que está plagada de residuos plásticos dejados por pescadores locales y turistas por igual. Y para colmo de males, el ayuntamiento responsable de mantener la playa parece hacer la vista gorda ante el problema. Es una lástima que un lugar potencialmente idílico esté empañado por las acciones descuidadas de quienes lo visitan. Se otorga una generosa calificación de 4 estrellas únicamente por la belleza natural que queda, pero se advierte que la playa está lejos de ser prístina.