Definitivamente, vale la pena visitar este lugar, pero mantengamos este oasis tranquilo en secreto. La serenidad de esta playa es algo que debe ser preservado. El sitio está rodeado solamente por tres o cuatro hogares, proporcionando un ambiente sereno y aislado. La playa ofrece su propia zona designada para tumbonas y sombrillas, y hay dos vendedores locales donde se pueden adquirir refrescos y alquilar tumbonas. Optamos por traer nuestras propias sillas y toallas y nos tendimos sobre las suaves piedras. Aunque había un poco de viento y las olas estaban un poco agitadas, valió la pena para presenciar la impresionante vista de la tierra desde el mar. El viaje a la playa puede ser un poco accidentado y llevar algún tiempo, pero es manejable con un vehículo estándar. No encontramos ningún problema con el A3.