Esta bahía aislada e íntima ofrece una vista impresionante de la luna llena. El agua está impregnada de sal, la cual se sabe que tiene propiedades curativas. Durante los fines de semana, la zona puede estar repleta de actividad, pero a las 6 pm, las multitudes se dispersan, dejando solo a algunos rezagados. Los campistas montan sus tiendas, algunos se quedan solo por una noche mientras que otros extienden su estancia por semanas. Los visitantes traen su propia comida y la cocinan en el lugar. Los lugareños son conscientes del medio ambiente, asegurándose de que la zona se mantenga limpia y libre de basura.
Una desventaja es la falta de instalaciones sanitarias, lo que puede representar un desafío para algunos visitantes. El pueblo más cercano está a cuatro kilómetros en coche, en una zona rocosa. Recientemente, se avistó un letrero que indica "propiedad privada", lo que genera preocupación de que la bahía pueda ser desarrollada en una playa o club, potencialmente dañando la belleza natural de la zona. Esperamos que esto no suceda, ya que la naturaleza debe ser preservada y protegida para las generaciones futuras.