La playa irradia una atmósfera tranquila y serena, convirtiéndola en un lugar ideal para una escapada relajante. El restaurante, en particular, es una visita obligada con su exquisita gastronomía que seguramente satisfará tus papilas gustativas. El personal es cálido y acogedor, lo cual es una rareza en la mayoría de los clubes de playa. Además, los precios son razonables y la calidad de la comida es de primera categoría. Las tumbonas son acogedoras y el agua es cristalina, lo que la hace perfecta para un refrescante chapuzón. Después de nadar, las toallas frescas están disponibles en la playa. Para rematar, una ronda de shots y toallas frías de cortesía son una agradable sorpresa que te dejará sintiéndote renovado. He estado regresando a esta playa durante los últimos cinco años y nunca me ha decepcionado.