La vasta extensión de la playa de guijarros se extiende hasta donde alcanza la vista, invitando a las familias a relajarse y disfrutar del sol. Una gran cantidad de cafeterías y restaurantes se alinean en el lado opuesto de la calle, ofreciendo una variedad de delicias culinarias para satisfacer tus papilas gustativas. Al final de la playa, en el casco antiguo, se encuentra un tesoro de museos gratuitos esperando ser explorados. Dos ascensores te llevan a la cima de los acantilados, donde te esperan impresionantes vistas del paisaje circundante. Esta playa es el destino perfecto para un día de relax y enriquecimiento en familia.