La playa cuenta con una amplia y bien mantenida instalación de baño, lo que permite a los visitantes cambiar cómodamente en sus trajes de baño e incluso ducharse si lo desea. El acceso a la playa se proporciona a través de los pasos y una rampa. Si bien la playa en sí es impresionante, tiende a estar bastante lleno de gente que disfruta tomando el sol. Desafortunadamente, durante nuestra visita, se exhibieron banderas rojas, lo que indica la presencia de olas fuertes y mariquitas, lo que lo hace inseguro para vadear o nadar. Violando esta regla daría como resultado una multa considerable de $ 500.00. El estacionamiento en la playa es limitado, con solo unos pocos espacios disponibles. Un oficial de policía nos ordenó ir a buscar estacionamiento, pero nos decepcionó cuando otro automóvil fue en la dirección equivocada y tomó el lugar al que apuntamos. Sorprendentemente, no nos encontramos con conchas marinas en la playa, aunque la arena estaba limpia y blanca. Sin embargo, nos encontramos con varias medusas de guerra portuguesas fallecidas en la orilla.