Fue una sorpresa encantadora encontrarme con esta joya escondida. En una tranquila mañana de martes, estacioné mi automóvil en el lote sur y noté que había muchos espacios disponibles. A pesar de su popularidad, la playa estaba relativamente vacía, lo cual fue una agradable sorpresa. Antes de dirigirme a la playa, exploré los encantadores jardines cerca del estacionamiento. Los jardines eran un oasis sereno lleno de una variedad de aves e incluso un par de cocodrilos. Una vez que llegué a la playa, fui recibido por la vista de la máquina de algas raspando la orilla, lo cual fue una característica única y fascinante. La línea costera era impresionantemente hermosa, con las icónicas palmeras meciéndose suavemente en la brisa. Estos árboles proporcionaron la sombra perfecta para aquellos que no querían alquilar sillas o sombrillas. En general, esta playa fue todo lo que podría haber esperado: tranquila, impresionante y no abarrotada.