De niño, solía frecuentar esta playa que ocupa un lugar especial en mi corazón. Desde mi primer viaje en ferry con mi padre hasta escalar el faro, divisar mi primer delfín y atreverme a nadar con ellos, conocer a un encantador chico de playa y embarcarme en una escapada romántica bajo las estrellas, pasar tiempo con mi amado primo y mi familia, e incluso experimentar un momento aterrador de casi ahogamiento: esta playa es el telón de fondo de mis preciados recuerdos.
Aunque esta playa no cuenta con atracciones extraordinarias, es el lugar donde se pueden crear momentos sentimentales para toda la vida. Aunque suelo preferir las montañas sobre la playa, esta playa es una excepción. Es el tipo de playa que te llama a visitarla cada año y compartir la experiencia con tus hijos. Recomendaría esta playa sin dudarlo, ya que es verdaderamente única.