Esta playa es un lugar maravilloso para conectarse con la naturaleza. Hay numerosas mesas de picnic y un banco en el parque donde puedes sentarte y relajarte mientras admiras las impresionantes vistas del océano. Durante mi visita, tuve la fortuna de ver a Lani, una foca monje, tomando una siesta en la cálida arena, lo cual fue una experiencia increíble. Además, tuve el placer de observar a una tortuga verde nadando con un amigo.