La playa es absolutamente impresionante, con aguas cristalinas y arena prístina. Sin embargo, nos sorprendimos cuando el vecino de enfrente exigió la exorbitante suma de $50 por aparcar nuestro coche. Como pareja de samoanos y neozelandeses, somos conscientes de que algunos lugareños tienden a cobrar de más a los turistas, asumiendo que tienen bolsillos profundos. Es importante ser cautelosos y no caer víctimas de estas prácticas injustas. Como residente de Samoa, puedo confirmar que las tarifas exorbitantes de estacionamiento no son la norma. Seamos conscientes y no permitamos que individuos oportunistas arruinen nuestras vacaciones. O kakou gei o Samoa e ese kau faavalea male makai kupe. Eke fiu lava eke makai kupe eke makiva lava i aso uma.