Pasamos 7 días en Provetá durante el Carnaval y realmente disfrutamos del lugar. La playa estaba limpia, bien organizada y parecía segura. En cuanto a servicios, había una selección limitada de negocios que incluían un mercado, una panadería, algunos remolques de comida y un puñado de bares de snacks. La señal de Wi-Fi no estaba incluida y tenía que pagarse por separado, ya que se proporcionaba a través de satélite. Además, incluso al comer fuera, el internet tenía que pagarse por separado y no había recepción de celular en absoluto. Todavía hay margen de mejora en cuanto a la amabilidad turística, ya que el lugar parecía estar parcialmente cerrado, pero en general, la visita valió la pena. Un aspecto negativo fue que durante el Carnaval, algunos turistas estaban tocando música funk fuerte hasta altas horas de la noche, consumiendo drogas y dejando un desorden. Sorprendentemente, la policía pasaba sin acercarse a nadie.