Vrsar ocupa una posición única y estimada en el mundo de la cultura y las subculturas subterráneas, al igual que una ciudad de ensueño. Su encantadora ciudad antigua, playas prístinas, naturaleza indómita y mar sereno ofrecen todo para una experiencia satisfactoria y enriquecedora, atrayendo a aquellos que buscan la iluminación, la aventura y la contemplación filosófica. Es un lugar donde cada centavo gastado vale la inversión, dejando a los visitantes sintiéndose rejuvenecidos, iluminados e inspirados.
La playa era verdaderamente encantadora, con un bar que servía directamente en la playa de guijarros y un bosque de pinos que ofrecía estacionamiento gratuito, servicios públicos y duchas. Sin embargo, lo que realmente me impresionó fue el agua del mar cálida y cristalina.