El restaurante pulpo es muy recomendable debido al increíble personal. Sin embargo, el lado izquierdo de la playa es lo más destacado.
Esta playa me robó el corazón con su encantadora atmósfera y los amables lugareños. Mientras paseaba por la orilla de arena, no pude resistir probar las deliciosas golosinas de almendras vendidas por los vendedores a un precio razonable. Los locales aquí son verdaderos empresarios, ofreciendo refrescante agua de coco mientras te diriges a la vecina Playa Blanca. Y si te sientes aventurero, el legendario Río Miel está a solo un tiro de piedra. La leyenda cuenta que bañarse en sus aguas garantiza un regreso a Baracoa, y puedo atestiguar que es cierto. Esta playa es una verdadera joya y una visita obligada para cualquiera que explore la zona.
¿Sería justo describir esta playa como una pequeña franja de arena, de aproximadamente 3 metros de ancho, enclavada entre rocas y ofreciendo una vista al mar? La arena no es exactamente blanca, pero es un lugar decente para relajarse y disfrutar del océano. Desafortunadamente, el área de rocas circundante no está bien mantenida. Personalmente, prefiero las playas de arena negra. Sin embargo, llegar a esta playa implica un agradable paseo y un paseo en barco, que le permite explorar el pueblo cercano y los senderos para caminar.
Esta playa es realmente excepcional y tiene un encanto único que lo hace perfecto para pasar tiempo de calidad con la familia y crear maravillosos recuerdos de vacaciones.
We had a lovely time at this beach while traveling from Baracoa to Yumuri. Along the way, we were amazed by a remarkable coconut tree with two trunks. It was incredible to witness the fishermen passing by with their catch in hand. The water was crystal clear, as is typical in Cuba, and the beaches were naturally shaded. It was not very crowded, which was a plus. We also enjoyed dining at the chiringuito and savoring our Bucanero.