Esta playa se encuentra entre Saint Guenolé y La Torche y está prohibida para nadar excepto en el lado de Saint Guenolé. En el otro lado, no hay vigilancia, fuertes corrientes y presencia de baïnes, por lo que está reservado para el kitesurf. La playa es vasta con brezales, dunas antiguas y arena. Es un lugar salvaje e inmaculado. En marea baja, tiene una anchura de alrededor de medio kilómetro de arena fina, perfecta para paseos matutinos. El litoral es amplio y lleno de curiosidades, y las partes rocosas son un biotopo increíble que el océano revela por la mañana. Hay una importante colonia de charranes comunes, lo que la convierte en una playa favorita para muchos. ¡Los atardeceres son divinos!
Esta playa es absolutamente impresionante, una de las más hermosas en la que he estado. La arena es increíblemente ligera y tiene un brillo sutil del cuarzo, lo que agrega un toque de brillo cuando el sol lo golpea. El agua es cristalina y tiene un hermoso tono turquesa, aunque sigue siendo refrescante y fresco incluso durante el pico del verano. De ahí es de donde proviene su color sorprendente, naturalmente. Cada vez que visito el Atlántico, siempre me aseguro de traer mi shorty de 2 mm, y demuestra ser muy útil aquí. La playa tiene una pendiente suave, lo que la hace perfecta para nadar y participar en deportes acuáticos como Windsurf.
Esta playa es genial para hacer surf, pero ten en cuenta que el estacionamiento puede ser limitado en días ocupados. Sin embargo, hay un área de estacionamiento adicional en la entrada. Solo ten cuidado ya que el lote puede estar bastante embarrado y puedes quedarte atascado.