La caminata a lo largo del paseo al faro y los puestos de ostras y mariscos fue bastante agradable.
Esta playa se destaca de otras en la zona debido a su menor cantidad de gente, lo que le da una sensación más auténtica. Está a solo 20 minutos a pie del centro de Saint Malo, lo que la hace fácilmente accesible. Me sorprendió ver a personas nadando en el océano incluso en octubre, y no es de extrañar que se unten con beurre (mantequilla) para mantenerse calientes.