Esta playa es relativamente tranquila en comparación con las más grandes del lado opuesto del puerto. La vista hacia el sur es bastante agradable, ya que las últimas colinas de los Pirineos descienden hacia el mar. Sin embargo, a veces puede ser un poco ventoso.
Esta playa es absolutamente encantadora, con piedras lisas y la ventaja adicional de ser amigable para perros. Hay un pequeño arroyo que desemboca en el mar y un camping situado justo detrás de él. El agua es cristalina, lo que la convierte en un lugar ideal para hacer snorkel.
Esta playa está bien cuidada y es espaciosa, con un estacionamiento conveniente y fácil acceso a través de la ruta de ciclismo cercana. La zona circundante ofrece muchas opciones para ir de compras, cenar y alojarse. La arena tiene una textura moderada y la pendiente gradual hacia el agua la convierte en un gran lugar para familias con niños pequeños.