La extensión de esta playa supera a la de Hanioti, aunque sigue siendo modesta. Los tonos del mar son verdaderamente impresionantes. Sin embargo, incluso en septiembre, debes pagar 10 euros por una sombrilla y una tumbona, sin bebidas incluidas. Si está cerca, puede ser una opción. Desafortunadamente, el bar de playa Koursaros lo ha monopolizado. El servidor se puso agitado e irritable cuando no cumplí con sus demandas. Cobran lo que quieren en el momento y su comportamiento no se centra en el cliente. ¡Es más como si yo fuera el jefe, debes pagar y hacer lo que digo! Lamentablemente, viajamos 80 kilómetros para llegar a esta playa. ¡Nunca más! Debes pagar de 10 a 20 euros por tumbonas y un mínimo de 10 euros por persona, lo que equivale a al menos 30 euros para una familia.
Esta playa es perfecta para tomar el sol y ofrece una atmósfera tranquila con menos turistas. En días despejados, incluso puedes vislumbrar el Monte Athos a lo lejos. Sin embargo, puede que no sea la mejor opción para familias con niños pequeños debido a las rocas resbaladizas y los alrededores potencialmente inseguros. Si buscas una opción más segura, te recomiendo dirigirte a la parte sur de la playa donde las rocas son menos resbaladizas.
We were let down by certain aspects of the service. For a five-star resort, some parts of the experience fell short, and the food was just average. The most challenging part was the exorbitant pricing of drinks and additional services, including the spa. Being so isolated and far from any local town or supermarket makes it very difficult to leave the resort to explore or purchase drinks. It's unfortunate because the rooms were lovely and the location was beautiful, but I won't be coming back.
Esta impresionante playa de destino presume de un equilibrio perfecto de opciones de entretenimiento, incluyendo restaurantes y bares, sin la abrumadora conmoción que a menudo se encuentra en otras áreas turísticas. Es un lugar idílico para relajarse y admirar la belleza del entorno.
Estábamos absolutamente enamorados de esta playa. La exuberante vegetación proporcionaba suficiente sombra natural, convirtiéndola en el lugar perfecto para relajarse con seres queridos o entregarse a alguna introspección solitaria. La falta de multitudes solo añadía a la sensación de tranquilidad, y las cristalinas aguas eran un refrescante respiro del calor. Para aquellos que necesitaban protección extra del sol, había sombrillas disponibles para alquilar. Lo mejor de todo es que no se escuchaba música molesta, lo que nos permitió sumergirnos por completo en los sonidos relajantes de las olas.