Este es un lugar excelente, especialmente para familias con niños pequeños. Si estás buscando una escapada encantadora y asequible, este es el lugar ideal para ti. La playa es preciosa, con agua cristalina y cálida. En días ventosos, el agua se llena de arena y algas, lo que la hace inadecuada para nadar. Nea Vrasna está repleta de alojamientos en estudios y apartamentos y está situada cerca de Asprovalta, una zona más grande y bulliciosa. Desde aquí, puedes explorar Kavala, las playas que llevan a Olimpiada y Athos, así como Stagira, el lugar de nacimiento de Aristóteles.
La línea costera es una vista espléndida que contemplar, adornada con suave y aterciopelada arena que invita a hundir los dedos de los pies. La playa está equipada con una abundancia de tumbonas y sombrillas, proporcionando una amplia sombra para un relajante día bajo el sol. Adyacente a ella se encuentra el pintoresco puerto de Stavros, que añade a la escenografía pintoresca.
La playa es agradable, sin embargo, la presencia de barcos cercanos causa ocasionalmente olores de combustible. La arena es suave y placentera, pero debido al tamaño reducido de la playa, puede llegar a estar concurrida. Hay bares en las inmediaciones de la playa y la música es audible pero no abrumadora. Si prefieres una experiencia de playa más tranquila, considera visitar Vrasna, que está cerca pero requiere de un automóvil para llegar.