La playa es agradable y el pueblo es encantador. La mayoría de los lugareños son amistosos, aunque a veces hay miradas incómodas. Desafortunadamente, el nivel de ruido puede ser bastante alto si te hospedas cerca de la carretera principal, lo que dificulta acostar a los niños pequeños antes de la 1 de la madrugada.
Esta playa es simplemente asombrosa y el equipo joven y acogedor a cargo de su gestión solo agrega encanto. La conveniencia del estacionamiento gratuito y la disponibilidad de nuevas y de alta calidad tumbonas y sombrillas a precios razonables (20-25 eur) la convierten en un lugar ideal para relajarse y disfrutar del sol. La comida servida en cajas compostables con cubiertos compostables no solo es deliciosa, sino también respetuosa con el medio ambiente. Aunque hay familias con niños alrededor, el ambiente sigue siendo pacífico y respetuoso, lo que la hace perfecta para parejas que buscan una escapada romántica. Recomiendo encarecidamente esta playa a cualquiera que busque una experiencia memorable y placentera.
La experiencia en la playa fue verdaderamente encantadora. Giovanni, el propietario, irradiaba un nivel de hospitalidad notable. Las tarifas eran muy razonables y las duchas eran gratuitas, sin necesidad de fichas. No podríamos estar más de acuerdo con la evaluación de Giovanni sobre la playa. Lo que se pretendía que fuera una visita de un día se convirtió en una estancia de tres días, gracias a la maravillosa atmósfera.