La costa presume de una vasta extensión de arena y aguas cristalinas que ofrecen una experiencia segura de natación durante los meses de verano. Durante el invierno, el ambiente es encantador y puedes deleitarte con paseos tranquilos en un entorno sereno, con una vista que se extiende más allá del océano. Los bosques costeros y la cordillera en el horizonte crean un impresionante contraste de tonalidades y patrones que son verdaderamente cautivadores.
"Esta playa es simplemente impresionante: la arena es suave y el agua es cristalina. Recientemente han añadido nuevas tumbonas, lo cual es un buen detalle. Está un poco más alejada de las zonas más "culturales", pero eso significa que puedes disfrutar de un paseo tranquilo por la playa virgen. Solo un aviso, no hay piscina aquí, pero con el mar justo ahí, ¿quién necesita una?"
Esta destinación ofrece tanto una experiencia serena en el océano como opciones de comida deliciosas. La playa se complementa con un frondoso bosque de pinos, proporcionando un escape refrescante de los rayos del sol. Al atardecer, disfrute de una cena junto a la playa. Si bien la pizza puede no estar a la altura de los estándares napolitanos, el resto del menú es satisfactorio. La tarifa de entrada a la playa es de solo 2 euros por automóvil, y una vez allí, puede disfrutar de un tramo de arena aislado si lo desea. Para enjuagarse, aproveche las duchas frías y calientes de 50 centavos, una amenidad asequible y confiable.
¡Adoramos completamente esta playa! El personal es increíblemente amable y hospitalario. La playa en sí, junto con el mar cristalino, es simplemente incomparable. El restaurante en las instalaciones sirve algunos platos exquisitos que seguramente complacerán a cualquier paladar. No es de extrañar que hagamos un punto de regresar a esta playa cada año sin falta.
Lamentablemente, mi experiencia en la playa no fue placentera. Intentamos cenar tarde, alrededor de las 9:30 pm, pero la pizza que ordenamos resultó ser incomestible. Para empeorar las cosas, esperamos más de tres horas para que llegara nuestra comida, y cuando lo hizo, parecía haber estado expuesta al aire libre durante horas. Además, el personal no estaba uniformado, lo cual fue preocupante. En resumen, aconsejaría enfáticamente no visitar este lugar, ya que me hizo sentir enfermo. Solo le di una estrella porque era el mínimo, pero incluso eso parece demasiado generoso.
El lido situado al final de los lagos de Sibari es absolutamente impresionante. Salvatore, el dueño, es increíblemente atento y amable, asegurándose de que todos los clientes se sientan acogidos y satisfechos. La clientela es de un nivel medio a alto, lo que le da al lido una sensación exclusiva y lujosa. La vista de las majestuosas montañas de Pollino frente al lido es simplemente impresionante, añadiendo a la belleza general de la ubicación. El agua es cristalina y toda el área está bien mantenida, asegurando un día perfecto en la playa.