Esta playa tranquila es un refugio para las familias que buscan una escapada serena, gracias a sus aguas poco profundas. Es el lugar perfecto para relajarse y tomar el sol, mientras los niños chapotean en las suaves olas. El ambiente es calmado e invitador, con arena suave y agua cristalina que te invita a sumergirte. Ya sea que busques leer un libro, construir castillos de arena o simplemente disfrutar de la vista, esta playa es un destino imprescindible para aquellos que buscan un retiro pacífico.
Esta playa es un auténtico deleite y se puede llegar fácilmente en coche. Aunque el agua puede no ser tan cristalina como en otras playas, es increíblemente serena y no tan congestionada como sus contrapartes vecinas. Además, este lugar es perfecto para observar yates, ya que hay muchas amarras justo frente a la costa.
La playa pública me sorprendió gratamente con sus aguas prístinas y cristalinas. Fue un espectáculo refrescante para la vista. Incluso en pleno agosto, la playa no estaba demasiado concurrida, lo que la hizo una experiencia pacífica y agradable. 👌🏼