La playa está bien mantenida y ordenada, equipada con comodidades convenientes como duchas y contenedores de reciclaje. Sin embargo, el único inconveniente es que precisamente a las 2 p.m., los desechos de aguas residuales se liberan, lo cual es bastante repulsivo.
Disfrutamos mucho de nuestro tiempo en la playa de Movida, y definitivamente valió la pena la distancia desde la estación de autobuses (un paseo de 10-15 minutos). La playa estaba agradablemente desocupada, y las tumbonas estaban bien espaciadas. Fue un cambio refrescante de las playas abarrotadas de Taormina. El personal fue amable y cortés, e incluso nos ofrecieron una copa de vino espumoso y un delicioso postre después del almuerzo: un brownie con salsas/cremas de chocolate, cereza y pistacho, como cortesía.
El salvavidas en el lindo Lido, Francesco, es conocido como Ciccio y es muy educado. Sin embargo, el propietario del lugar es increíblemente grosero, arrogante y carece de dignidad. Logré controlar mi ira porque estaba con mi esposa e hijos, pero alguien tan despreciable como él merece ser tratado en serio, tal vez incluso arrojado al mar para ser tratado por los peces.
Visitamos la playa en septiembre y la encontramos tranquila y bien mantenida. Fue una gran experiencia en general.
Esta playa exquisita es verdaderamente una vista digna de admirar. Aunque pueda requerir un poco de esfuerzo llegar desde la cima de Taormina, los alrededores impresionantes y el restaurante de primera clase lo hacen todo valer la pena. En general, una experiencia verdaderamente placentera.
Nosotros preguntamos por la disponibilidad de tumbonas y nos informaron que no había ninguna en ese momento. Sin embargo, amablemente se nos pidió dejar nuestra información de contacto en caso de que alguna se hiciera disponible. Para nuestra alegría, recibimos una llamada media hora después indicando que se habían abierto asientos. Emocionados, nos preparamos y nos dirigimos hacia la playa. Desafortunadamente, recibimos otra llamada solo 10 minutos después informándonos de que los asientos ya no estaban disponibles. La brusquedad de la llamada nos dejó frustrados y desanimados, especialmente considerando el recorrido de 2 km que habíamos hecho bajo el sol ardiente. En general, la falta de profesionalismo fue descorazonadora.