La playa de Rocchette es un destino encantador para disfrutar de tu tiempo libre, ya sea que optes por un lugar de pago o por un tramo de arena libre. Puedes deleitarte con una deliciosa comida en el restaurante o preparar un picnic para un almuerzo acogedor en la orilla. El mar azul es un espectáculo fascinante con sus tonalidades siempre cambiantes, ofreciendo un espectáculo impresionante. Con una tarifa razonable de 12 €, puedes aparcar tu vehículo todo el día y disfrutar del sol hasta saciar tu corazón.
La playa fue verdaderamente un destino maravilloso. Nos sorprendió gratamente el exquisito marisco servido en el restaurante frente a la playa. El personal fue cálido y hospitalario, y las habilidades culinarias del chef fueron verdaderamente notables. Recomiendo encarecidamente esta playa a cualquiera que busque una experiencia memorable y placentera.
Para empezar, ¡los anfitriones son increíblemente corteses! Ofrecen un paraguas y dos tumbonas, además de la opción de pedir un aperitivo. Más tarde, tendrás una mesa reservada para el almuerzo. La comida es fresca y deliciosa. ¡Recomiendo encarecidamente esta playa!
Estábamos tan enamorados de la playa que la visitamos tres veces seguidas. La playa era simplemente fantástica, no muy concurrida, con un número limitado de perros. Las tumbonas eran increíblemente cómodas y Gabriele, nuestro anfitrión, era el epítome de la hospitalidad. Él fue más allá para asegurarse de que tuviéramos un gran tiempo, incluso sirviéndonos bebidas por la tarde. Gabriele siempre llevaba una sonrisa en su rostro, irradiaba una energía positiva y siempre estaba disponible para ayudarnos. ¡Estamos ansiosos por nuestra próxima visita a esta playa el próximo año!
La costa, afortunadamente, está bastante vacía, ideal para pasar un día tranquilo junto al mar, libre de vecinos ruidosos y maleducados con sombrillas, las mejores. Llegamos allí en bicicleta, ya que la falta de plazas de aparcamiento contribuyó a disuadir a las grandes multitudes.