La playa pública prístina presume de costas de arena inmaculadas y aguas cristalinas que no son demasiado profundas. Durante la temporada de verano, un vigilante de la playa está presente para garantizar la seguridad de los nadadores. Sin embargo, en los meses de invierno, nadar está permitido pero bajo el riesgo del nadador.
Esta playa familiar es el lugar perfecto para un baño de verano. No hay piscinas o construcciones que distraigan, solo el sol, la arena y el mar. Durante los meses de verano, se pueden alquilar mesas y sillas, lo que facilita relajarse y disfrutar del día. Aunque puede que no tenga todas las comodidades de un resort, es una excelente opción de playa pública. El único inconveniente son las pobres condiciones de la carretera que lleva a la playa, lo que puede ser un poco desafiante. Sin embargo, el hermoso estuario y los árboles circundantes lo compensan. Este oasis natural es un lugar popular para nadar y pasear, pero desafortunadamente, los automóviles no pueden acceder a él. En general, esta playa es una maravillosa opción para un día de natación y relajación.