El impresionante paisaje del vasto océano es verdaderamente notable. La abundancia de gaviotas que surcan el cielo es un espectáculo digno de contemplar. El majestuoso acantilado adornado con exuberante vegetación añade a la vista pintoresca.
Esta impresionante playa presume de magníficos acantilados rocosos que han sido hábilmente tallados por las implacables olas. Tuvimos la fortuna de visitarla durante la marea baja, lo que nos permitió relajarnos cómodamente sobre las rocas. La playa está salpicada de madera flotante, y pude encontrar algunas piezas verdaderamente únicas. A medida que el sol comenzaba a ponerse, fuimos deleitados con una impresionante exhibición de colores. Desafortunadamente, la señal que indicaba que los perros no estaban permitidos fue una decepción. A pesar de esto, no pude resistir traer a mis amigos peludos, y ellos se divirtieron muchísimo. La playa también ofrece comodidades convenientes como mesas de picnic y un baño. En resumen, esta playa se ha convertido rápidamente en una de mis favoritas.
Este lugar es un maravilloso punto de observación que ofrece a los visitantes estacionamiento, mesas de picnic y servicios sanitarios. La sección elevada está diseñada para acomodar a usuarios de silla de ruedas. Para llegar a la playa, uno debe atravesar aproximadamente 90 pies de acantilados y grietas rocosas.
Visitar la playa en un día laborable fue verdaderamente una experiencia notable. Aunque la tarifa de entrada rondaba los $8, tuve la fortuna de visitarla en un día en que era gratuita. La playa no estaba abarrotada, lo que la hizo aún más agradable. Pasé horas allí, construyendo mi primer castillo de arena y disfrutando de la tranquilidad del entorno. Fue una experiencia increíblemente serena y pacífica que me dejó completamente relajado.