Durante el período del 28 de junio al 8 de julio, encontré la playa excepcionalmente prístina. Las aguas cristalinas eran un verdadero placer para nadar, y no pude evitar enamorarme del lugar. La disponibilidad de espacios de estacionamiento gratuitos y baños bien mantenidos por una tarifa nominal de 1 leva también agregó a mi disfrute. Aunque los precios del bar eran un poco elevados, el ambiente general valió la pena el gasto. Además, los vendedores que vendían maíz por 2 leva cada uno proporcionaban una opción de bocadillo rápida y sabrosa. En general, tuve una experiencia fantástica en esta playa y la recomendaría altamente a cualquiera que busque un escape refrescante.