Mi estancia de 2,5 semanas en Montezuma durante octubre de 2019 fue encantadora. Este encantador pueblo presume de locales amigables que siempre están dispuestos a ayudar. La pequeña comunidad alberga a habilidosos artesanos que exhiben sus creaciones en las calles. El sentido de unión es palpable, con todos deseosos de ayudarse mutuamente. Hice de disfrutar de la deliciosa heladería un ritual diario, uno de los momentos más destacados de mi viaje.
La playa es simplemente impresionante, con aguas cristalinas y arena suave. El centro de conservación de tortugas ubicado aquí es una verdadera joya. Tuve la suerte de ser voluntaria en el centro y quedé impresionada por su dedicación a mantener la comunidad limpia. Desde los terrenos de la escuela hasta el campo de fútbol y la playa, no dejaron piedra sin remover. Las tortugas eran un espectáculo para contemplar, y si visitas entre octubre y diciembre, podrás ser testigo de la liberación de las crías de tortuga en el mar.
Me sentí: