La calidad de la habitación es extremadamente pobre. Es un hotel anticuado que no ha sufrido ninguna renovación, dando una fuerte sensación de los años 80. La decoración es extremadamente desagradable e inquietante, por decir lo menos. La anfitriona fue increíblemente grosera en su intento de priorizar la salud de los huéspedes. Insistió abruptamente en que nos sentáramos afuera en un banco al llegar, sin proporcionar ninguna explicación de manera amenazante. Cuando preguntamos el motivo, mencionó que necesitaba tomar nuestra temperatura. Si bien es comprensible, su enfoque fue completamente inapropiado. Sus malos modales casi nos hicieron sentir poco bienvenidos. A pesar del bajo precio, aún no coincide con la calidad del hotel. Nunca consideraríamos volver a alojarnos allí, incluso si nos obligaran.