La playa ofrece la maravilla de sus aguas cristalinas, repletas de una amplia variedad de peces coloridos. Aunque el camino que lleva a la playa es estrecho, el viaje merece cada minuto invertido. En caso de que dos coches se crucen, siempre hay una manera de maniobrar. Al alcanzar la cima de la pequeña isla, se puede estacionar el coche y caminar diez minutos por un sendero rocoso para llegar a la playa. Asegúrate de llevar calzado adecuado, evitando las chanclas, y sigue el camino que va hacia la derecha. Para disfrutar del agua cristalina, la paz y la tranquilidad, es mejor llegar por la mañana y encontrar un lugar sombreado. La playa es relativamente pequeña, y el agua está muy quieta por la mañana, permitiéndote ver tus pies incluso cuando estás hasta el cuello. Sin embargo, alrededor de las 11:30 de la mañana, la playa se llena de turistas que llegan en grandes barcos, lo que le quita su encanto. Además, el sol se vuelve abrasador alrededor del mediodía, por lo que es recomendable llevar una sombrilla, agua y aperitivos. El snorkel cerca de las piedras es una actividad obligatoria, ya que se pueden ver una amplia variedad de especies de peces en el agua más azul. No necesitas zapatos de agua, ya que la arena es fina y no hay rocas. ¡No te pierdas la oportunidad de visitar esta playa!