El océano estaba lamentablemente lleno de desechos, pero afortunadamente, los bañistas, incluyéndonos a nosotros, nos encargamos de limpiar los residuos de plástico que flotaban en el agua. Los restaurantes locales ofrecían áreas sombreadas para que los visitantes pudieran relajarse y disfrutar de sus comidas, pero sorprendentemente, muchas de estas zonas permanecían desocupadas. La playa en sí misma estaba, también lamentablemente, plagada de basura y restos de árboles.