La playa es absolutamente impresionante, con olas suaves pero emocionantes, agua cristalina y un generoso tramo de 200 metros de arena amarilla con afloramientos rocosos en ambos extremos. Encontrarás muchos lugares sombreados para relajarte durante todo el día. El camino hacia la playa es fácil, tardando solo alrededor de 10 minutos, aunque algunas partes del terreno requieren un poco de precaución. Sin embargo, incluso los niños pequeños pueden disfrutar de esta playa con una mirada vigilante. El único inconveniente es que algunos individuos poco considerados han dejado su basura detrás, empañando la belleza de este paraíso. No obstante, sigue siendo un destino que no decepcionará y que es imprescindible visitar.