Esta playa es definitivamente una de mis favoritas. Tiene mucho encanto y ofrece impresionantes vistas. Cuando fuimos, la marea era alta a pesar de que la marea alta todavía estaba a unas pocas horas. Sin embargo, lo pasamos muy bien escalando las rocas y el bodyboard. ¡Solo ten cuidado porque las rocas pueden ser bastante resbaladizas! El estacionamiento es limitado, por lo que es mejor llegar temprano.
Aparcamos en el aparcamiento de Rock Road y nos alegramos al encontrar una gran playa de arena, perfecta para los niños ya que las aguas estaban tranquilas e ideales para pasear con perros. También teníamos la opción de caminar hasta Daymar Bay o tomar el ferry hacia Padstow.
Esta impresionante playa es el paraíso de los surfistas, con excelentes olas para montar. Convenientemente ubicada en la cima de un acantilado, hay amplio estacionamiento disponible para los visitantes. El camino que lleva hacia abajo a la playa es fácilmente accesible y ofrece una vista impresionante de la zona circundante. Se recuerda a los visitantes que paguen por el estacionamiento antes de salir, ya sea con tarjeta o efectivo.
Paseé desde Rock a lo largo de las dunas de arena y la costa. Regreso por el sendero costero (en abril). Camino bien señalizado. Puede acomodar ciertos cochecitos, pero no todos, ni sillas de ruedas. Daymer cuenta con un estacionamiento, pero requiere bajar escaleras para llegar a la playa. Además, cerca hay una acogedora cafetería y una pintoresca tienda de surf.
Esta zona es absolutamente impresionante y recomiendo encarecidamente dar un paseo con tus perros o ir a dar un paseo en solitario. Definitivamente vale la pena visitarla cuando estás en Padstow con amigos y familiares, pero es mejor ir cuando el clima es bueno.
¡Qué joya de cala! La playa es absolutamente impresionante, parece extenderse hacia el infinito. ¿Y lo mejor de todo? Es tan apartada y tranquila, el escape perfecto del bullicio de la vida cotidiana. Tuvimos la suerte de conseguir una visita gratuita ya que la choza estaba cerrada, pero incluso si hubiéramos tenido que pagar los £3, habría valido la pena cada penique. El paseo hasta la playa fue fácil y una vez allí, nos transportamos a un estado de pura felicidad. Es casi como si hubiéramos tropezado con nuestro propio pequeño paraíso.