Esta playa es un destino popular para los vacacionistas malayos que buscan una experiencia lujosa. En general, es un lugar decente, pero la comida es bastante costosa y no particularmente impresionante.
La playa prístina presume de tener una arena blanca como el polvo y aguas cristalinas de un azul simplemente impresionante. Los alrededores serenos ofrecen una escapada perfecta del bullicio de la vida urbana. Es un paraíso tanto para los amantes de la naturaleza como para los entusiastas de la playa. La atmósfera tranquila y las vistas pintorescas la convierten en un lugar ideal para la relajación y la rejuvenecimiento. En resumen, esta playa es una visita obligada para cualquiera que busque un pedazo de paraíso en la Tierra.
Los corales en las partes poco profundas del arrecife parecen estar en un estado deteriorado, probablemente debido a que los visitantes los pisan. Sin embargo, los corales en las aguas más profundas debajo del muelle tienen un aspecto saludable. Además, hay un fascinante naufragio ubicado en el lado opuesto del arrecife.
En mi primera visita a esta magnífica playa en 2018, quedé maravillado por su grandeza. Sin embargo, mi segunda visita en septiembre de 2020 se vio empañada por la lamentable presencia de un excesivo vertido en la costa. A pesar de este contratiempo, la belleza de la playa sigue siendo inigualable y espero con ansias volver en el futuro.
Este centro de conservación y educación de tortugas, llamado así, no es más que una trampa turística. Durante nuestra visita, fuimos testigos de un intento patético de tratar a una tortuga herida. Es evidente que el objetivo principal aquí es hacer dinero a expensas de visitantes desprevenidos que piensan que están haciendo algo bueno por el medio ambiente. No se deje engañar por este lugar, hay formas mucho mejores de aprender sobre la conservación de tortugas en Malasia.