Al llegar a la playa, estaba lleno de anticipación por presenciar el espectáculo milagroso de las tortugas bebé saliendo de sus huevos. Sin embargo, mi experiencia fue empañada por la impactante y desgarradora realidad de la crueldad humana. Fue desalentador ver a los voluntarios recolectando huevos de tortuga recién puestos y colocándolos en una bolsa con el propósito de hacer tortillas o venderlos. Esto fue confirmado por su propia admisión. Para empeorar las cosas, los turistas caminaban descuidadamente, ajenos a su entorno, y pisoteaban a las tortugas bebé sin supervisión alguna. Como vegano y amante de los animales, esta fue una experiencia increíblemente angustiante. Es desalentador ver a las personas impulsadas por la codicia y el lucro, dispuestas a explotar a criaturas inocentes para su propio beneficio. Esta experiencia me ha dejado profundamente decepcionado.