Tuve el placer de visitar un destino de verano que dejó una impresión duradera. Aunque las opiniones pueden variar, me enfocaré en la playa en sí y dejaré de lado cualquier crítica sobre los alojamientos y la comida. Desde lejos, la playa parece impecable, pero de cerca, es otra historia. La costa es un poco rocosa, pero manejable, y está rodeada por la clásica piedra caliza de Lošinj. El paisaje tanto por encima como por debajo del agua es impresionante. Las tumbonas tienen un precio razonable y el personal es excepcional. Siempre están disponibles para ayudar y hacer que su experiencia sea agradable. En particular, disfruté de la compañía de un alegre caballero mayor que nunca dejó de hacerme sonreír. En general, lo pasé fantástico y me encantaría volver en el futuro.