Esta playa es una joya escondida, solo accesible en barco o en una pintoresca caminata de una hora desde la ciudad de Baška. A pesar de ser una larga extensión de arena, permanece deshabitada incluso durante la temporada alta. La falta de comodidades como bares, baños y duchas se compensa con la belleza natural virgen. Es el lugar perfecto para escapar del bullicio de la ciudad y sumergirse en los sonidos tranquilos del mar y los pájaros que cantan. Si tienes suerte, incluso puedes avistar algunas cabras salvajes. Siguiendo la señal turística amarillo-blanca, descubrirás un impresionante cañón. Se recomienda usar buenos zapatos y llevar agua, e incluso puedes disfrutar de algunas bayas frescas en el camino.