¡Ah, la playa! Donde la arena es tan caliente que es sorprendente que aún no se haya convertido en vidrio. Pero no temas, el mar es poco profundo y cálido, invitándote a dar un chapuzón y refrescarte. Y si te sientes aventurero, da un paseo desde el puerto para realmente apreciar la belleza del lugar. Solo asegúrate de no derretirte en el calor, porque el paseo en carrito de golf vale cada centavo. Y hablando de centavos, lleva efectivo para las tumbonas, sillones y sombrillas. Pero bueno, al menos el bar acepta tarjeta. ¡Salud por un día de playa bien aprovechado!