Oh, la playa. Qué lugar maravilloso. La arena, las olas, el sol golpeando la piel. Es todo tan... increíble. Pero seamos realistas, ¿es realmente tan increíble? Quiero decir, sí, es agradable darse un chapuzón en el océano y construir castillos de arena, pero no olvidemos a las gaviotas atacando la comida, la arena que se mete en todas partes y las quemaduras de sol que te dejan pareciendo una langosta.
No me malinterpreten, aprecio la belleza de la playa, pero no la exageremos. Es solo una franja de tierra donde la tierra se encuentra con el mar. Y sin embargo, nos agolpamos en ella como si fuera el lugar más mágico de la tierra. Tal vez sea la atracción de las profundidades desconocidas del océano o la sensación de libertad que viene al estar rodeado de agua. O tal vez sea simplemente el hecho de que todos necesitamos un descanso de nuestras rutinas diarias.
Entonces, ¿es la playa...