La Baule presume de una impresionante playa de arena de 9 km de longitud, una de las más largas de Europa. El contraste de colores y las condiciones de iluminación crean imágenes fenomenales durante todo el día, ya sea por la mañana, al mediodía o por la noche. El tamaño de la playa cambia con las mareas, pero siempre hay mucho espacio para tomar el sol, nadar o relajarse en paz, incluso durante la temporada alta. No está claro si la actual falta de multitudes se debe a Covid19 o no, pero de todas formas es un cambio bienvenido. Por la mañana y por la noche, la playa es perfecta para montar a caballo o pasear al perro. La bahía es un lugar popular para navegar, hacer kite y windsurf, y hacer stand-up paddling, con varias escuelas que ofrecen cursos. Las velas coloridas y la actividad bulliciosa hacen que sea un día entretenido, incluso para los espectadores. El paseo marítimo se extiende por toda la longitud de la playa, y también hay una ruta de bicicleta bien desarrollada. En general, recomiendo encarecidamente una estancia en La Baule para cualquiera que aún no lo haya experimentado.