Lamentablemente, la experiencia en la playa no fue agradable, ya que algunas de las duchas estaban fuera de servicio y mi acompañante, que se bañó en el agua, terminó con erupciones al día siguiente. Decidí no nadar y fue una decisión sabia, ya que el calor abrasador de 30-45 grados Celsius combinado con la alta humedad me hizo sentir pegajoso e incómodo durante toda mi estancia. En resumen, no fue una experiencia memorable.