Esta experiencia fue bastante decepcionante y no valió la pena. No recomendaría este hotel a nadie, a pesar de que vinimos con amigos que habían estado aquí antes. En primer lugar, el hotel es bastante antiguo y necesita renovaciones. La recepción, el restaurante y los baños están desactualizados, y la ducha y el inodoro no funcionaban correctamente. Las puertas también requirieron atención adicional para garantizar que se cerraron correctamente. Nos alojamos en una habitación familiar con una hermosa vista del mar y la puesta de sol, pero desafortunadamente, la unidad de aire acondicionado sobre las sillas hizo un ambiente fuerte y caliente, lo que hace imposible disfrutar de la vista. Las paredes también eran delgadas, por lo que no pudimos dormir bien debido al ruido de las familias vecinas y los adultos jóvenes. Este hotel solo ofrece opciones gastronómicas con todo incluido, y mis expectativas ya eran bajas, pero lograron decepcionar aún más. El gerente del restaurante fue extremadamente desagradable y despectivo, haciendo que nuestra experiencia gastronómica sea desagradable. El hotel está ubicado cerca de una playa pública, pero los huéspedes tienen que salir de las instalaciones del hotel y caminar a través de un camino de tierra, pasar autos estacionados y cruzar una calle para acceder a las tumbonas de la playa y las solas, lo que requiere una tarifa adicional. La playa en sí es promedio en comparación con otras playas de Sitonia y carece de servicios como un bar de playa o música. El hotel tiene dos piscinas grandes, pero hay un olor constante de aguas residuales. Sorprendentemente, el hotel no ofrece toallas de piscina o playa, lo cual es inusual para un hotel de 4 estrellas, por lo que los huéspedes deben traer su propio. Además, la limpieza no respetó el letrero de no disturbio, entrando en la habitación varias veces a pesar de que se muestra el letrero. La privacidad no fue respetada. El estacionamiento está limitado en la calle, y la mayoría de los autos quedan al sol. El personal responsable de entretener a los niños pasó la mayor parte de su tiempo en sus teléfonos, y la única actividad agradable para los niños fue la disco nocturna, que era repetitiva. No hubo otras actividades divertidas por la noche, excepto dos noches con una banda griega. Los mosquitos eran insoportables, y nuestros repelentes no funcionaron. Parecía que el personal del hotel no tomó ninguna medida para abordar el problema de los mosquitos, posiblemente para alentar a los huéspedes a abandonar el bar rápidamente. En general, este hotel era una pérdida de dinero considerando el alto precio de aproximadamente 300 euros por noche.