La playa es verdaderamente encantadora con sus prístinos guijarros blancos y sus cristalinas aguas turquesas. Una de las mejores cosas de esta playa es que está libre de bares de playa, lo cual es definitivamente una gran ventaja para aquellos que buscan un ambiente tranquilo y relajante. Para llegar a esta joya escondida, tomamos el sendero que nos llevó alrededor de 45-55 minutos y requirió un nivel moderado de dificultad. Se recomienda encarecidamente usar zapatos cerrados y llevar mucha agua y algunos bocadillos. Es importante mantenerse en el lado izquierdo del barranco y cruzarlo de derecha a izquierda en un punto determinado, que está seco. Sin embargo, esta playa no es adecuada para niños menores de 10 años. Alternativamente, puedes optar por un taxi acuático, pero eso significaría perderte la emocionante aventura de descubrir esta playa mágica por tu cuenta.