Nos encontramos con un par de caballeros mayores que, como han señalado otras reseñas, fueron excepcionalmente amables y cordiales. El pase diario tenía un precio razonable de 9 € y la playa estaba a solo 50 metros de distancia. La playa estaba cubierta de piedras lisas, por lo que sugiero usar zapatos si no estás acostumbrado a ellas, especialmente al entrar al agua. Aunque el agua parecía impresionante a primera vista, el snorkel no era ideal debido al arrecife musgoso que liberaba muchos escombros en el agua, lo que hacía difícil ver. Tendrás que aventurarte un poco más lejos para obtener una mejor vista. Las aletas son una buena idea para aquellos que no son nadadores fuertes, especialmente en días ventosos cuando puede ser difícil mantenerse a flote. Hay una zona poco profunda donde los niños pueden jugar, pero es esencial mantener un ojo cercano en ellos. Los botes y las balsas son libres de acercarse ya que no hay boyas para marcar la zona de baño. En general, fue una experiencia agradable, pero hay margen de mejora.