Capri capturó nuestros corazones con sus calientes y acogedores lugareños, paisajes impresionantes y una cocina excepcional. Lamentablemente, nuestro encuentro en este establecimiento empañó significativamente nuestro increíble viaje.
El comportamiento de la gerencia era sorprendentemente pobre, mostrando un nivel inaceptable de grosería que era realmente desalentador. Además, su actitud despectiva y su falta de asistencia solo se sumaron a nuestras preocupaciones.
El ambiente de playa, destinado a la relajación, se sentía incómodo debido a un número excesivo de sillas estrechas. El concepto de espacio personal parecía inexistente, disminuyendo en gran medida el disfrute del ambiente costero.
Por último, su comida sigue siendo un misterio para nosotros. A pesar de las numerosas tablas desocupadas, se negaron a servirnos, evitando que nos brinde comentarios sobre sus ofertas culinarias.
En conclusión, si bien Capri es un destino de primer nivel, este lugar en particular desafortunadamente cayó muy por debajo de nuestras expectativas.