La playa ofrece aguas prístinas y cristalinas, y las vistas son simplemente impresionantes. A pesar de su pequeño tamaño, está bien cuidada y organizada, lo que la convierte en un destino imprescindible. Recomiendo encarecidamente hacer una excursión en barco, ya que no solo te permite experimentar el encanto del lugar, sino también aprender sobre su fascinante historia. Los amables lugareños en el pequeño bar ofrecen un gran servicio, y tuve el placer de probar la deliciosa fresella Cilentana. Esta playa en el Golfo de Policastro ha dejado una marca indeleble en mí, y estaría encantado de volver a ella en cualquier momento.