Al embarcarse en un breve paseo desde el bullicioso puerto de Positano, descubrirá un sereno refugio conocido como la playa. A diferencia de su contraparte abarrotada, esta joya escondida ofrece una escapada tranquila. Por tan solo 40 euros, dos tumbonas y una sombrilla lo esperan, o puede optar por la primera fila por tan solo 50 euros. Sin embargo, asegúrese de llevar calzado adecuado, ya que el terreno rocoso puede ser desafiante. Aunque el agua puede no ser cristalina, la atmósfera pacífica y las vistas impresionantes compensan con creces.