Me aventuré a la orilla para un día de relajación, con la esperanza de indulgir en una deliciosa pizza napolitana. Lamentablemente, la pizza que recibí estaba lejos de ser apetitosa: la masa era dura e insípida, con una salsa demasiado salada y quemada. En cuanto a la playa en sí, tenía cierto encanto que recordaba a los años 80, pero carecía de limpieza y mantenimiento. Dejó mucho que desear en términos de una costa prístina y pintoresca.