El personal de la playa fue sumamente acogedor y servicial, creando una atmósfera agradable para los visitantes. La playa en sí misma tenía un amplio espacio entre cada sombrilla, proporcionando una sensación de privacidad y comodidad. El acceso al mar se hizo fácil con escalones y escaleras que conducían directamente al borde del agua. Grandes aros de goma estaban disponibles para flotar, completamente gratis. Aunque la zona de playa de arena era pequeña, la mayoría de las camas y sombrillas se colocaron sobre guijarros, agregando un toque único a la experiencia en general. Se disponía de duchas de agua caliente y fría, así como de baños y vestuarios limpios y espaciosos. Además, el estacionamiento era gratuito, lo que lo convierte en una opción conveniente y asequible para aquellos que viajan en coche.